Otra vez a por los Juegos Olímpicos de Invierno para el Pirineo Aragonés. Que no paren las máquinas; si hemos engañado a los aragoneses durante 20 años con este cuento, ¿por qué no intentarlo otra vez? Sabemos que nunca un país sin tradición ni méritos olímpicos, sin un entorno suficiente podrá organizarlos, pero mientras: viajes, dietas, alegrías, gerentes, comisiones, zanahorias delante del burro/pueblo, y sobre todo, propaganda para seguir vendiendo apartamentos, especulando con el suelo, ¿Quién dijo miedo?. Sólo falta la invocación al "enemigo catalán": A Zaragoza o al charco!.
Pero no, ni Aragón ni España tienen un currículo mínimo en materia de juegos olímpicos de invierno, ni nuestro Pirineo es una gran montaña capaz de albergarlos, ni Zaragoza, en mitad de la estepa puede vender una imagen invernal, ni nada de nada. Seamos serios, los experimentos con gaseosa. Bastante especulación llevamos con aramones y puñetas como para seguir soportando este cuento demagógico. Prou.
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